11 de junio de 2018
Admito mi bulimia….
Un año y tres meses, madre mía!!! Parece que fue ayer cuando les dije a mis padres que creía que tenía un problema con la comida, y me costó mucho dar el paso porque, como siempre, creía que yo sola podía solucionarlo, pero toqué fondo, la noche anterior me di el mayor atracón de mi vida al mismo tiempo que vomitaba y me tomaba 2 botes de laxante de golpe. Creo que en mi interior sabía que como no pidiese ayuda iba a matarme y, aunque muchas veces había pasado por mi cabeza la idea de morir y acabar con esa pesadilla, en el fondo no quería que eso sucediera.
Pero lo conté, y repito que me costó mucho porque les dije a mis padres que me iba una temporada a vivir con ellos porque en mi casa hacía mucho frío, otra mentira más, de las muchas que he dicho siempre para ocultar la verdad, para ocultar mi miedo a reconocer la verdad, para no sentirme fracasada por no poder solucionar las cosas yo sola, para que no pensase la gente que era una débil o una inútil o cambiasen su concepto de mí ya que yo siempre he aparentado ser una persona fuerte, con carácter, sin problemas y feliz, siempre riéndome a carcajadas delante de todo el mundo aunque por dentro estuviese llorando de pena o tuviese mucho miedo, pero claro, yo no podía mostrarme débil porque aparecería la verdadera Nieves y a lo mejor a la gente no le gustaba y dejaban de quererme.
Que equivocada he estado todos estos años y que daño me he hecho. Después de este año, tan duro pero tan gratificante a la vez, echo la vista atrás y me doy cuenta de que nunca me quise, nunca me valoré y sobre todo, nunca me respeté, pero me empiezo a dar cuenta ahora, ahora sí veo una luz de esperanza, ahora sí estoy segura que ganarle la batalla a la bulimia es cuestión de tiempo, de querer salir de este infierno y de constancia y esfuerzo, porque no es fácil.
Cuando por fin das el paso de admitir que tienes un problema, te haces muchas preguntas: Por qué a mí? Qué he hecho mal? Seguro que es bulimia o es un periodo en el que tengo más ansiedad y por eso no puedo para de comer? Pero entonces, por qué vomito? Qué hace que me ciegue de tal manera que ni soy consciente de lo que como pero no pueda parar aunque esté a punto de reventar?, porque al principio te niegas a admitirlo, no puede ser que yo tenga esta enfermedad!! La psicólogo, el psiquiatra y el nutricionista se confunden, qué sabrán ellos!!! Si yo sé que dentro de unos días voy a controlarme otra vez y todo habrá sido una falsa alarma! pero cuando empiezas a tener mono y por las noches tienes pesadillas y crisis de ansiedad porque no le das a tu cuerpo la dosis de comida, ya empiezas a replantearte las cosas, empiezas a ver que no es una tontería ni algo pasajero que realmente estás enferma y terminas aceptándolo.
Dar el paso de admitir que tienes un trastorno de alimentación y aceptar la enfermedad creo que es lo más difícil, el proceso de recuperación es más largo pero ya tienes mucho camino recorrido cuando eres consciente de ello.
Y es muy duro, claro que lo es!!! Porque te sientes un bicho raro, piensas que todo el mundo te mira por la calle, sientes que has defraudado a la gente hasta que empiezas a ver cambios, cambios muy pequeños en el día a día pero muy grandes a nivel general.
Claro que es duro cuando aparece esa impaciencia que quiere que te cures YA, de un día para otro, cuando esto es un proceso largo, que requiere mucha perseverancia y mucho aprendizaje y conocimiento de uno mismo, es un proceso de maduración personal, de saber controlar tu vida y llevar las riendas de la misma sin dejar esta tarea en manos de los demás, de aprender a escuchas tus necesidades, de ser capaz de poder decir que NO aunque a los demás no les guste y no sentirte culpable por no pensar o hacer lo que la gente quiere que hagas.
Pero esto se consigue muy poco a poco, cuesta mucho ir cambiando tu forma de actuar y sobre todo de pensar, cuanto toda la vida lo has hecho de forma distinta pero ves que es mucho más saludable cuando actúas como realmente quieres y empiezas a ver que no tienes tantas ganas de pegarte un atracón o que cuando tropiezas (porque el proceso de recuperación no significa que ya no vuelvas a tener un recaída y no utilices la comida como válvula de escape) no tiene ni punto de comparación los ?homenajes? que te das ahora con los atracones del pasado.
Y eso hace que tengas más fuerza para seguir adelante, para luchar con todas tus ganas por salir, porque ves, en un futuro, una vida sana y tranquila y aunque a veces pienses que no vas a ser capaz, puede más tu deseo de curarte que cualquier pensamiento negativo.
Pero se necesita ayuda, ya no sirve decirte que sola vas a poder salir porque aunque el trabajo de recuperarte lo haces tu, necesitas a profesionales, familia y amigos que te acompañan en el proceso.
Y cuesta reconocer que necesitas ayuda pero es que todo el mundo la necesita en sus vidas (por fin me lo creo y he dejado de lado mi cabezonería y mi pensamiento de que yo sola puedo hacerlo todo y no necesito a nadie para solucionar mis problemas..).
Rodearte de gente que comprende la enfermedad y sobre todo que te respeta hace mucho porque no tienes que dar explicaciones cuando, por ejemplo en mi caso, adquirí una fobia hacia la comida con la que normalmente me atracaba (pasta, arroz, salsas, patatas, dulces) y era incapaz de probarla, incluso verla en mi plato me generaba crisis de ansiedad muy fuertes. Pero poquito a poco lo he ido superando. Todavía hay alimentos que no puedo probar, como la patata pero estoy consiguiendo llevar una alimentación normal, gracias a que empiezo a confiar en mí, a quererme y sobre todo a que antepongo otros valores personales antes que a mi cuerpo, porque siempre he estado presa en la idea de que si comía cualquier cosa iba a engordar 5 Kg de golpe y eso no me lo podía permitir porque yo tenía que se siempre perfecta, un cuerpo 10, por eso había épocas de atracón diario y otras de ayuno constante. Qué obsesión, dios mío!!! La cantidad de cosas que me he perdido de la vida por estar obsesionada con el peso y la comida!!!
Día a día eso va cambiando, ahora empiezo a darme cuenta de que tener una alimentación normal no significa que vaya a engordar y que es normal que haya oscilaciones de peso de una temporada a otra.
Y que contenta estoy por ver esas cosas!!! Y cuánto tengo que agradecer a mi psicóloga y mi nutricionista por ayudarme a abrir los ojos y hacer que confíe más en mí. Y cuánto tengo que agradecer a mi familia y amigos por saber entender la enfermedad, apoyarme y respetarme al no obligarme a comer cosas que no era capaz ni de verlas en la mesa!!! Entiendo que haya gente que no lo entienda, pero y que? No es mi problema si no de los demás y si no entienden la enfermedad, no voy a gastar energía en explicarlo, esa energía la gasto en mí, en cuidarme yo y en ir avanzando. Empiezo a anteponerme a mí a los demás y es muy importante.
Mientras escribo esto, estoy llorando y riendo de felicidad, porque por fin veo una salida, porque sé que voy a salir de esto, porque todo el esfuerzo no va a ser en vano y va a tener su recompensa, porque sé que voy a tener una vida sana y tranquila y me da más fuerza para luchar, porque estoy muy orgullosa de mí, de todo lo que me estoy currando mi recuperación y ahora me digo que ese día 30 de noviembre tomé la mejor decisión de mi vida.
Soy bulímica, y que? No sé cuando acabará esto, meses o años pero sé que tengo toda una vida para disfrutarla plenamente porque yo también tengo derecho de disfrutar y me lo merezco.
Nieves