18 de junio de 2014
¿Alguien cercano a ti sufre una adicción?

Si estás leyendo este artículo es porque alguien cercano a ti sufre una adicción.
¿QUÉ ES UNA ADICCIÓN?
Según la OMS, es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que ésta causa a la persona.
Actualmente se considera adicción, cualquier actividad que una persona no sea capaz de controlar, que le empuje a comportamientos impulsivos que perjudiquen la calidad de su vida.
Algunos ejemplos de adicciones son: al sexo, al juego (ludopatía), a la pornografía, a las nuevas teconologías (tecnofilia), etc.
En este mismo plano se encuentra el alcoholismo, la dependencia a sustancias, como fármacos, drogas, a la comida, al tabaco.
Cuando una persona cercana a ti sufre una adicción es posible que reacciones de alguna de estas maneras:
NEGACIÓN: Yo no tengo ninguna adicción
Te niegas a aceptar la realidad de la adicción, aunque hay síntomas y señales de que “algo raro” está pasando. Crees que lo que le está pasando es debido a la adolescencia, al fracaso escolar, a que “se le está poniendo un carácter imposible”, pero no llegas a plantearte que tu pareja, hijo o amigo tenga una adicción.
Poco a poco la persona, debido a su adicción, comienza a mostrar una serie de síntomas como son el desapego familiar, el aislamiento, la irritabilidad, las conductas conflictivas y llega un momento en que ya no es posible mantener los “ojos cerrados” y aparace una segunda fase en la reacción de las personas cercanas consistente en negar de cara al exterior, procurando que no se sepa fuera. A su vez aparece un íntimo sentimiento de vergüenza y quieres proteger la propia imagen.
Esta situación se puede prolongar durante mucho tiempo y tiene consecuencias:
Un aumento del sufrimiento de la familia.
Una aceleración del deterioro de las relaciones familiares: con respecto del hijo afectado, a nivel de pareja de los padres…
Un retraso en la petición de ayuda.
RECHAZO:
Aunque es díficil de admitir, se suele producir inmediatamente después del reconocimiento (que no aceptación) de la conducta adictiva, un sentimiento de rechazo en los familiares o la pareja que puede llevar al rechazo de la conducta o de la propia persona, agravando y aumentando los sentimientos de rabia y conflictividad familiar.
A su vez, esto influye en el afectado aumentando su auto-exclusión y adicción.
REACCIONES EMOCIONALES MÁS HABITUALES:
Son muchas las reacciones que pueden aparecer, señalamos algunas de las más habituales. En ocasiones estas emociones se pueden prolongar en el tiempo y complejizarse ocasionando mucho malestar y sufrimiento.
Culpa, Os preguntáis “¿Qué hemos hecho mal?”, “¿En qué hemos fallado?”, apatía, depresión, bloqueo, rabia…
REACCIÓN DE AYUDA
Es muy frecuente que este deseo de ayudar ocurra antes de que la persona afectada esté en condiciones de abordar su problema.
- Si es así, el sufrimiento de la familia se acrecentará.
- La familia puede hacer muchos intentos por su parte para solucionar el problema, pero hasta que la persona con la adicción no esté dispuesto a colaborar se verán pocos avances.
- Esto puede dar lugar a sensaciones de desesperanza y frustración en la familia.
- En esta fase, el sufrimiento y el deterioro pueden llegar a ser muy intensos, aceptando asi la necesidad de ayuda externa profesional.
BÚSQUEDA DE AYUDA EXTERNA
Cuando todo lo anterior falla, la familia se plantea la ayuda externa.
¿QUÉ OCURRE EN CASA CUANDO UN MIEMBRO TIENE UNA ADICCIÓN?
Cada casa es un mundo y cada adicción es diferente.
No todas las personas reaccionan igual ni todas las adicciones comparten las mismas características. Sin embargo existen puntos en común como pueden ser:
- Un desajuste en el funcionamiento habitual de la familia afectando a las diferentes facetas de ésta.
- Desacuerdos en cuanto al abordaje del problema que ha surjido y cómo ayudar a la persona afectada.
- Pueden aparecer etiquetajes de las personas implicadas que no suelen ayudar a la resolución de la problemática. Por ejemplo: El malo, la víctima, el marginal.
- Al pasar a primer plano y acaparar toda la atención y energía del entorno se desatienden otras áreas de la familia. Incluso en ocasiones pasa a establecerse como una dinámica familiar fijándose como la forma habitual de funcionamiento.
- Pueden darse desajustes económicos por el gasto en la adicción en sí y por inversión en los tratamientos de la misma.