1 de noviembre de 2014

El juego y la terapia en los niños y niñas

Vivimos una época donde las prisas de los padres y las actividades extraescolares, ocupan las agendas de nuestros niños y niñas, hablemos de la importancia del  juego, la creatividad y el arte, en nuestros niños y niñas de hoy.

Muchas veces como psicóloga, veo niños y niñas que tienen agendas tan apretadas, donde no hay cabida al juego, distracción y creación, donde todo nos viene dado, hecho y la vida rápidamente se convierte en estrés, presión, donde hay que cumplir con la rapidez, el movimiento, los avances tecnológicos, etc.

No consumir es quedarse atrás, vivimos en un mundo “hiperactivo” y luego los adultos nos cuestionamos porqué nuestros niños “no paran”, generando muchas veces falsos diagnósticos de déficit de atención o hiperactividad, entre otros.

¿Es importante el juego?

¿Si un los niños no juegan, debemos preocuparnos?

Para Winnicott (1971) el juego es terapéutico por sí solo, porque jugando el niño está construyendo su propio aparato psíquico y la relación con el mundo exterior.

Según vamos entendiendo la afirmación de Winnicott, el juego es terapéutico por sí solo, será verificado en la clínica, sólo cuando estamos ante un desarrollo edípico y fantasmático,  que no lo atrape y lo someta a patologías, será terapéutico por permitir el desarrollo sano del niño, en las diferentes etapas del desarrollo psicosexual.

Es decir, es fundamental que los niños jueguen, aprendan a jugar solos, acompañados, utilizando su imaginación.

Juegos de luchas, competencia, amistad, de amor, etc.

Pero si el niño se queda atrapado en las diferentes etapas psicosexuales, el juego por sí solo no lo puede ayudar, necesita una ayuda profesional, que pueda tener una doble escucha, que permita no solo trabajar con el niño, sino a su vez con los padres, permitiendo tener una visión de la estructura familiar donde está inmerso.

Es posible encontrarse con verdaderas detenciones y/o atrapamientos en el proceso de subjetivización de un sujeto, esto lo podemos observar porque algo de las posibilidades del jugar, de las capacidades de crear de un niño o de aprender, se ve detenido o alterado.

Algunos casos son detectados por las maestras o maestros en las escuelas, y lo reflejan como la incapacidad del niño de retener, o asimilar conocimiento, nos suelen decir:

“Este niño esta como en las nubes” “no se entera” esto nos habla de la dificultad que ha tenido el niño para hacer el recorrido de su mundo interior con el exterior, del juego a las experiencias culturales, aprendizaje, etc.

El juego en la terapia

A lo largo de mi experiencia en el trabajo psicológico con niños y niñas, muchos padres me preguntan:

¿Cómo puede ayudarle a mi hijo venir a jugar con un psicoanalista, si lo que le pasa es que no estudia o tiene miedos?


Y suele ser un pregunta frecuente entre los alumnos futuros analistas: ¿puedo ayudar a un niño/paciente: jugando, dibujando, si sólo estamos jugando?

Una de las aportaciones más importantes, desde que el psicoanálisis se empezó a preocupar por la clínica de los niños, es el demostrar que el juego es susceptible a interpretación analítica.

Al igual que la asociación libre lo es para el psicoanálisis de adultos (Blinder y col.op.cit) entender, comprender, escuchar y ver lo que hace un niño cuando juega en la sesión de análisis, es uno de los puntos fundamentales del psicoanálisis con niños, otra de las múltiples posibilidades de expresión que los niños utilizan es el dibujo.

Ya en los escritos de Freud, se encuentran algunas referencias en el caso Juanito, el padre dibuja la jirafa y él agrega la cosita de hacer pis. En el hombre de los lobos, el paciente le hace un dibujo a Freud sobre el sueño de los lobos, permitiéndole a Freud realizar una interpretación más fina sobre el sueño.

Freud señala que en los sueños, la interpretación será análoga al desciframiento de una antigua escritura pictográfica, como los jeroglíficos egipcios.

El dibujo infantil está en parte a medio camino del sueño y la obra de arte.

Guarda proximidad con el sueño, en su condición de figurabilidad y a través de las asociaciones verbales, pero también con la obra de arte, porque va dirigido a un público/analista.

Ante niños con dificultades, estancamientos en su desarrollo, síntomas que le hacen sufrir o angustiarse, es indispensable que se brinde ayuda profesional.

Que se le facilite un tiempo donde pueda tener una espacio para: jugar, dibujar o hablar de su padecer, donde analista y paciente siguiendo a Blinder, Knobel y Siquier, (2004) entender, comprender y escuchar las vicisitudes y dificultades en su malestar, poniendo palabras en el orden de lo imaginario para acercarnos a lo simbólico.

Es decir, el juego, el dibujo viene a ser lo que es el hablar para un paciente adulto, no solo por hablar nos curamos, no solo por jugar el niño se cura, es por el encuentro con ese analista que a partir de su escucha analítica podrá ir señalando, preguntando e interpretando ese escenario fantasmático que el niño construye y que le esta impidiendo su bienestar y tranquilidad.

 

Marjorie Gutiérrez, psicóloga psicoanalista.

Referencia Bibliográfica:

Blinder, Knobel y Siquier, (2004) Clínica Psicoanalítica con niños. España: Síntesis.
Freud, S 1910 observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia autobiográficamente descrito (Schreber) en: obras completas de Sigmund Freud. Tomo II. Madrid: Biblioteca Nueva
Martínez, Vázquez, (2000) Aproximaciones al arte terapia. Una experiencia en Granda, arte individuo y sociedad.
Winnicott (1971) Realidad y Juego. Barcelona,(11ed): Gedisa
Winnicott, D. (1993) “Los procesos de maduración y el ambiente facilitador” México: Paidós