27 de junio de 2015

Cómo proteger a nuestros hijos durante el divorcio (I)

Las separaciones o divorcios entre parejas pueden darse por muchos motivos.

Puede ser una separación voluntaria por parte de los dos cónyuges, una necesaria como consecuencia de diversos motivos que imposibilitaron la convivencia familiar, una motivada por el fin del amor, otra motivada por desencuentros constantes, etc.

Pero lo más importante para los hijos es el MODO EN QUE SE LLEVE A CABO la separación, podemos distinguir entre:

1.-Separación Constructiva:

Los padres priorizan el bienestar de los niños, cooperan por el bien de sus hijos y su cuidado, buscan los medios para que las consecuencias sean las menos dañinas.

Los acuerdos a los que se llega respecto a la custodia, pensión alimenticia y visitas satisfacen tanto a padres como a hijos, sin tener mayores problemas que no se puedan resolver mediante la comunicación.

2- Separación Destructiva:

No hay colaboración por parte de los padres debido a los problemas y falta de diálogo, se llega a descuidar a los hijos, a veces se utilizan sin querer como elementos de la batalla, se les pone en aprietos con chantajes emocionales, se les involucra en decisiones que sólo deberían competir a los padres como adultos, tales como la custodia, organización, etc.

Aquí, los padres están más volcados en los problemas de pareja que no tuvieron solución y que invaden toda la dinámica familiar, que en el bienestar de los niños.

Para proteger a los niños ha de tenerse en cuenta:

  • La separación produce la pérdida temporal de los puntos de referencia del niño.
  • Los niños tienen fantasías de CULPA y ANSIEDAD DE SEPARACIÓN, aunque no sepan expresarlo así.
  • Es imprescindible tener en cuenta sus necesidades por encima del conflicto de pareja.
  • Durante la etapa de de inestabilidad los niños reaccionan de diversas formas. Hay que acompañarlos y posibilitar que expresen sus sentimientos.
  • La comunicación y los límites son muy importantes a la hora de abordar la separación con los hijos:
  1. Comunicarnos con ellos, escucharlos y poner palabras a lo que está pasando. Recordarles constantemente que ellos no tienen la culpa y que los padres NO se separan de los hijos. Que vamos a continuar a su lado, queriéndoles y cuidándolos.
  1. Proporcionarles apoyo y estabilidad, hábitos, normas y límites. Esto les sostiene mientras todo se a ordenando en su cabeza.

Después de un periodo de duelo los menores consiguen superarlo y vuelven al equilibrio familiar.

Si los padres priorizan el bienestar de los niños, cooperan y los tienen en cuenta, el divorcio se supera y los niños se adaptan.

El divorcio conlleva el fin de un proyecto común y expectativas frustradas, pero también puede ser una oportunidad para renovarse y volver a ser feliz.

Para saber más:

Libro: “Los hijos ante el divorcio” Editorial Gesfomedia  Casa del Libro