26 de mayo de 2022
Fobia social o pánico social: síntomas y soluciones

¿Sueles tener miedo a que los demás te juzguen? ¿Estás pendiente de todo lo que haces situaciones sociales cotidianas? ¿Evitas conocer gente nueva por miedo o ansiedad? Si te has sentido así en algún momento en tu vida y esta sensación te genera verdaderas dificultades en tu día a día, como interactuar con compañeras y compañeros del trabajo o la universidad, es posible que estés sufriendo un trastorno de fobia social o pánico social. Desde Centro Argensola te explicamos en qué consiste este trastorno y cómo puede atajarlo.
El trastorno de ansiedad social, también denominado de fobia social o pánico social, se caracteriza por un miedo intenso y persistente a que los demás te observen y juzguen. Este miedo puede afectar en el trabajo, la universidad, el colegio o cualquier otra actividad diaria que implica interacción con otras personas. Uno de los mayores problemas que puede generar es la dificultad para hacer y mantener amistades. La buena noticia es que el trastorno de ansiedad social es tratable y hoy te explicamos cómo ponerle solución.
La fobia social es considerada un tipo común de trastorno de ansiedad. Una persona con fobia social o pánico social suele sentir miedo o ansiedad en sus interacciones sociales y siente que los demás pueden examinarla, evaluarla o juzgarla en situaciones cotidianas, como hablar en público, conocer gente nueva, tener citas, asistir a una entrevista de trabajo o responder una pregunta en clase.
Muchas veces, el miedo que sufren las personas con pánico social es tan intenso que sienten que escapa de su control. Este miedo puede incluso impedir que las personas que lo sufren realicen sus actividades diarias, como ir al trabajo o a clase. Otras, sí consiguen hacerlo, pero no exentas de sufrir mucha ansiedad. Es frecuente que las personas con fobia social se empiecen a preocupar con días o semanas de antelación por tener que participar en un evento social, lo que provoca que terminen evitando acudir.
El trastorno de fobia social o pánico social generalmente comienza durante la infancia tardía y puede llegar a confundirse con una timidez extrema. Suele ocurrir con algo más de frecuencia en mujeres que en hombres y en adolescentes y adultos jóvenes.
Cuando tienen que interactuar con otr@s, las personas con fobia social o pánico social pueden sentir los siguientes síntomas:
- Sudoración y temblores.
- Sonrojo excesivo.
- Palpitaciones o ritmo cardiaco elevado.
- Rigidez corporal.
- Tono de voz muy bajo.
- Se quedan en blanco con facilidad.
- Imposibilidad de establecer contacto visual.
Como hemos explicado, la fobia social o el pánico social también puede darse en edades tempranas, lo que provoca que sea más difícil de detectar y diagnosticar en muchas ocasiones. Las niñas y los niños que sufren esta patología suelen desarrollar los siguientes síntomas:
- Lloran o se enfadan con más frecuencia de lo habitual.
- Evitan la interacción con otros niños y adultos.
- Tienen miedo de ir al colegio y mucha reticencia a participar en actividades con público, como actuaciones o eventos sociales.
- En el colegio, no piden ayuda cuando la necesitan.
- Son muy dependientes de sus madres y padres o personas que están a su cargo.
Si te preocupa este asunto por tu hija o hijo, u otro menor en tu círculo cercano, no dudes en consultarlo con tu médic@ habitual. Solo así podrá analizarse más en profundidad su caso y estipular si hay que hacer un diagnóstico de esta patología.
Los tratamientos para el pánico social en niños suelen ser similares a los de adolescentes y adultos, que analizaremos más adelante en este artículo. Por supuesto, la terapia se adaptará a la edad de la niña o niño y con frecuencia requiere de la presencia de la persona que esté a su cargo.
Aunque se ha demostrado que el riesgo de padecer ansiedad social puede ser hereditario, nadie sabe con certeza por qué algunos miembros de la familia lo sufren y otros no.
Los investigadores han descubierto que varias partes del cerebro están involucradas en lo relacionado al miedo y la ansiedad y que la genética puede influir en el funcionamiento de estas áreas. Asimismo, los investigadores están analizando en qué forma otros agentes, como el y los factores ambientales pueden jugar un papel en este trastorno.
Si quieres aplicar conductas en tu día a día que puedan mejorar tu trastorno de fobia social o el de alguna persona de tu alrededor que lo esté padeciendo, toma nota de estos tres consejos:
Infórmate
Una buena manera de ayudarse a sí mismo o a un ser querido que pueda estar luchando contra el trastorno de ansiedad social es buscar información. Investiga las señales de advertencia, conoce las opciones de tratamiento y mantente actualizado con las investigaciones actuales.
Habla con tu entorno
Si experimentas síntomas del trastorno de ansiedad social, ten una conversación honesta sobre cómo te sientes con alguien en quien confíes. Si crees que un amigo o familiar puede estar luchando contra el trastorno de ansiedad social, reserva un momento para hablar con ella o él, con el objetivo de expresar tu preocupación y ofrecer tu apoyo.
Busca ayuda profesional
Si tu ansiedad, o la ansiedad de un ser querido, comienza a causar problemas en la vida cotidiana, como evitar situaciones sociales en el colegio, en el trabajo o con amigos y familiares, es hora de buscar ayuda profesional. No dudes en hablar con tu profesional sanitario sobre tu salud mental.
Evita la cafeína
Los alimentos como el café, el chocolate y las gaseosas son estimulantes y pueden contribuir a aumentar la ansiedad.
Duerme lo suficiente
Se recomienda dormir un mínimo de 8 horas cada día. La falta de sueño puede aumentar la ansiedad y empeorar los síntomas de la fobia social.
Por supuesto, además de todos estos consejos, si sientes que estás sufriendo síntomas de fobia social, o alguien de tu entorno, debes ponerte en manos de una o un profesional de la salud mental, que analizará en profundidad tu caso y te dará las pautas y el acompañamiento necesario para superar esta patología. En Centro Argensola podemos encontrar el mejor tratamiento para ti, adecuado a tu situación personal. Ponte en contacto con nosotras.
Puede darse el caso de que un profesional sanitario decida recetar medicamentos para tratar la ansiedad social, si la afección no mejora con la terapia y los cambios en el estilo de vida. A pesar de que estos medicamentos no curan el trastorno de fobia social, sí pueden mejorar sus síntomas y facilitar el día a día de una persona con este trastorno.