3 de junio de 2014
La bulimia, mi “coma” autoinducido

Bulimia, mi coma autoinducido es un testimonio de una paciente, escrito durante su terapia.
En unos meses se cumplirán dos años del inicio de mi terapia.
Lo bonito de este tiempo es que no ha borrado mi esencia como persona (que se mantiene intacta), sino que todo este trabajo ha servido para descubrir quién soy de verdad, quién quiero ser, y a encaminar mis esfuerzos hacia la consecución de MI felicidad.
He cambiado radicalmente mi forma de afrontar los problemas y relacionarme con los demás, he aprendido a establecer límites y a vivir con cierto grado de flexibilidad.
Fue un trastorno de la conducta alimentaria lo que me hizo acudir a la psicóloga
Un trastorno que se prolongaba ya por unos 4 años y que cada vez se estaba haciendo más grave, hasta el punto de que vivía por y para la comida, el ayuno, los atracones y los vómitos (que eran cada vez más intensos y frecuentes).
Llegó un punto en el que no vivía, simplemente sobrevivía sin ganas ni alegría.
Casi desde el principio fui consciente de que sufría un TCA, sabía cuáles eran sus consecuencias a nivel físico, pero era incapaz de parar la espiral en la que estaba engullida.
Para mí, el momento más difícil fue aquel en el que reconocí frente a mi familia que tenía un problema.
Verbalizar y ponerle palabras a mi infierno diario, suponía convertir en real un problema que yo hasta entonces mantenía oculto.
Me siento especialmente orgullosa de ese momento, aquel en el que decidí que quería volver a disfrutar de la vida y no dejar pasar día tras día en una especie de “coma” autoinducido.
He de reconocer que acudí a mi terapeuta sin ganas, un poco a la expectativa, sin muchas esperanzas en lo que podía conseguir.
Resumir todo este tiempo sería muy difícil, sobre todo porque como siempre me repite mi psicóloga, ha sido un PROCESO.
De forma casi natural, sin darme cuenta, sin grandes contrastes, mi vida ha cambiado.
Sigo trabajando para ser más y más feliz, pero cuando ahora me acuesto por las noches lo hago satisfecha por cómo ha ido el día.
El sentimiento que predomina en el momento actual es un sentimiento de inmensa GRATITUD.
Le doy gracias a la vida por haberme dado una segunda oportunidad, le doy gracias a mi TCA (quién me lo iba a decir!) por haber sido una señal de alarma (muy dolorosa, eso sí) de que no vivía la vida que quería.
Haber superado un problema así, te hace sentirte fuerte, saber que eres capaz de vencer a grandes miedos y que incluso de las malas experiencias se pueden sacar buenísimas lecciones.
Estoy sumamente agradecida a mi familia, a mi terapeuta y a mi nutricionista, que confiaron en mí desde el principio, cuando yo no lo hacía.
Otro sentimiento muy fuerte es el de LIBERTAD.
Llegué a ser una auténtica esclava de la comida y de los vómitos, la comida ocupaba mis pensamientos durante todo el día.
Aunque aún no estoy “curada del todo” los vómitos desaparecieron (sin darme cuenta dejé de necesitarlos) y ahora cuido la comida porque es una forma de cuidarme a mi misma, pero sin restricciones ni culpabilidad.
El tema del aspecto físico ha sido uno de mis grandes preocupaciones.
Poco a poco estoy aprendiendo a aceptarme y a quererme como soy, aunque, para qué negarlo, es un trabajo duro.
El hecho de padecer un TCA me hizo replantearme mi vida, mis preferencias.
La terapia me ha hecho adquirir herramientas que desconocía y a identificar y a gestionar mejor mis emociones (antes mis emociones eran las grandes ignoradas…)
Sólo mi familia próxima sabe por todo lo que he pasado.
Es algo que de momento guardo para mí, mi pequeña parcela de intimidad y que me llena de fuerza.
Enfrentarse a los problemas no es tarea fácil pero siempre vale la pena.
Creo que lo que me ha dado fuerzas para ello ha sido la convicción de que iba a superar mi TCA, que ha estado siempre allí, y que a medida que avanzaba en la terapia se hacía más y más fuerte.
Ahora se ha transformado en una convicción en que voy a superar no este, sino todos los problemas que se me presenten a lo largo de la vida, porque con trabajo y ganas TODO se puede.
Con cariño para mi terapeuta y mi nutricionista