10 de noviembre de 2019
Depresión postparto
La depresión de la mujer durante el postparto y malestares emocionales como la tristeza, angustia, la rabia o la melancolía son temas tabú en nuestra sociedad, trivializados y muchas veces ocultos.
Poco hablamos de los sentimientos ambivalentes cuando tenemos un bebé, la cultura ejerce sobre nosotras una gran presión para responder como una “buena madre”, como se supone que se tiene que reaccionar.
Por lo tanto, muchas veces sentimos confusión y culpa ocultando lo que estamos viviendo para que el entorno que nos acompaña vea que la maternidad va fluyendo como se espera.
Pero puedes querer a tu bebé y a la vez, sentir malestar. Pueden estar ocurriendo muchas cosas: exceso de exigencia, duelo por la etapa perdida, miedos ocultos, reactivaciones emocionales…. pongamos palabras a lo que nos ocurre.
¿Qué pasa cuando expresamos miedos, angustias, temores, dudas, incertidumbre?
¿Encaja esto con lo políticamente correcto? Las respuestas que recibimos frente a esto son variadas, podemos oír frases como: “tienes un bebé precioso”, “mira la vida tan maravillosa que tienes”, “tu eres una mujer fuerte”.
Nos lo dicen con la esperanza de ayudarnos y con toda la buena intención, pero a veces esto no es suficiente, y en ese luchar con lo que debería y lo que es, creemos que sentirnos tristes y asustadas, cosa que no está permitido en un momento de la vida, donde se supone todo es alegría, amor y tranquilidad.
Fruto de las expectativas creadas llegamos a ser madres con ideales que no se acercan a la realidad, vivimos la maternidad pensándonos como mujeres que tenemos que poder con todo, que no nos cansamos, emocionalmente estables, que el ser madre viene ocupar el único lugar.
La disyuntiva en este momento es ¿puedo ser una buena madre y querer hacer otras cosas: ser mujer, trabajadora, mantener relaciones de amistad, disfrutar de la pareja, entre otras cosas?
La maternidad supone un reajuste vital
La maternidad supone un reajuste vital, porque es un nuevo rol que se suma al de ser mujer, pudiendo generar un desconcierto; es necesario darse un espacio y tiempo para adaptarse a esta nueva etapa.
Cuando esta adaptación no se logra y queda atascada en estados de confusión, rabia, tristeza y angustias; podría ser síntomas de una depresión postparto. Pide ayuda si lo necesitas.