1 de febrero de 2022
Miedo, vergüenza, inseguridad y otras fobias
¿Qué es lo que nos impide avanzar en la vida? ¿De dónde viene los bloqueos que nos impiden seguir adelante? Una de nuestras pacientes, como parte de su terapia, ha escrito este bonito texto sobre el miedo, la vergüenza, la inseguridad y otras fobias que sentimos a lo largo de nuestra vida.
Recuerdo a mi profesora de filosofía del instituto. Ella nos dijo que de pequeños todos somos filósofos y que algunos nunca dejaríamos de serlo. ¿No habéis visto como los pequeños hacen constantemente preguntas a sus madres acerca de todo? – dijo ella.
Esa pregunta me hizo volver a mi infancia. Recuerdo que le preguntaba mucho a mi madre y, que con el paso de los años las preguntas fueron desapareciendo. Dudas sobre la menstruación, sexualidad eran temas que me explicarían en el instituto. Allí tampoco me lo explicaron, y si preguntabas en voz alta el resto de los compañeros se reían. Eran temas tabú. Bueno digo eran, pero sigo pensando que son temas tabú.
Volviendo a mi profesora, de alguna forma ella nos intentaba decir que aquellos que siguiéramos planteándonos preguntas o queriendo aprender, cambiaríamos ciertos aspectos de nuestras vidas o de la sociedad.
Puede que en ese afán por conocer y aprender también surgiera el miedo. Imagínate un niño de 4 años, al que le han regalado una espada laser nueva. Al día siguiente esa espada está rota y su padre decide darle un guantazo y un castigo por destrozarla. El pequeño llora y no entiende nada. No entiende qué ha pasado, porque el solo buscaba de donde venía la luz roja de su espada laser.
Es curioso como olvidamos que fuimos niños alguna vez. Si ese padre en lugar de preguntarle al pequeño por que había roto la espada, le hubiera preguntado que estaba buscando el final sería distinto.
Conforme pasaron los años ese niño aprendió a tener miedo. A que no se podían hacer ciertas preguntas en casa ni en el instituto. Que, si se rompía un jarrón o la televisión porque estaba jugando, habría consecuencias. Así, un niño empieza a sentirse inseguro con aquellas personas con las que se suponía que tendría que estar a salvo.
Sin embargo, como sociedad hay un miedo del que no se habla. Como decían en Harry Potter “el que no debe ser nombrado” y es el miedo a la muerte. Nadie habla sobre ella y tampoco nos enseñan a afrontarla. Es como si mencionarla supusiera un mal augurio.
No obstante, hay una pequeña parte de la población, que por desgracia cada vez es mayor, a la que no le da respeto, ni miedo mencionarla. Al contrario, la quieren abrazar demasiado pronto.
Por eso escribo y lo hago para todas esas estrellas en el universo que sufrieron bulling, trastornos de la conducta alimentaria, inseguridades, miedo al fracaso, miedo a amar a una persona del mismo sexo, a hablar alto. En definitiva, miedo a ser diferente, a no seguir los patrones estándar de la sociedad.
Recuerdo cuando le confesé a mi hermana que me gustaban las chicas. Estaba temblando y no paraba de llorar. Casi no me salían las palabras. Sentía miedo al rechazo por parte de un familiar, inseguridad, estaba asustada por no ser como el resto de las chicas.
Ella me abrazó y me dijo que no había nada de malo en que me gustara una chica. El amor es algo bueno y bonito que debe ser compartido y no escondido. No es algo de lo que te debas avergonzar. Disfrútalo.
De pronto ese peso que llevaba en mi pecho desapareció y en su lugar apareció una flor. A partir de aquel momento, me dije que tenía que ir regando esa parcela todos los días. Así con el tiempo, mucha dedicación y constancia han ido apareciendo nuevas flores. Cada una de un color y olor distinto.
Espero seas quien seas que nunca le des al miedo, la vergüenza o inseguridad un poder que no merecen, que no te obliguen a tomas decisiones que no quieres o que te enseñen una salida de la cual no hay vuelta atrás.
Pero lo que espero por encima de todo es que la cosas cambien y vayan a mejor. Que el núcleo familiar sea el espacio seguro que todos los niños se merecen en el cual se puede hablar sobre cualquier tema. Que en los institutos no solo se enseñe a aprobar un examen.
“Educar es amar” esa frase está escrita en las paredes de la Facultad de Ciencias de la Educación. Ser docente no es solo impartir un currículum, también educamos. Hay muchos compañeros que opinan que esa educación se la tienen que dar a los alumnos en sus casas. Pero muchas veces esa educación o espacio seguro no existe y aunque exista debemos seguir ofreciéndola, para evitar inseguridades, vergüenza, bulling, lgtbiqafobia, gordofobia, trastornos de la conducta alimentaria y por desgracia un largo etc.
— Saria.