12 de abril de 2022

Vigorexia ¿qué es y cómo se trata?

La vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, es un trastorno que provoca una obsesión por el físico, especialmente por el desarrollo de un cuerpo extremadamente musculoso.

Por desgracia, en los últimos tiempos se está percibiendo un aumento de los casos de este tipo de trastorno, especialmente en los hombres de entre 18 y 35 años. Por eso, en nuestro post de hoy te damos todas las claves sobre la vigorexia: sus causas, sus síntomas y sus posibles soluciones.

Vigorexia, ¿qué es?

En el ámbito médico, la vigorexia se define como un trastorno dismórfico corporal que desencadena una obsesión con la idea de que nuestro cuerpo nunca está lo suficientemente musculoso. La persona con vigorexia tiene la creencia de que su cuerpo debe mejorar constantemente en apariencia. Por ello, se obsesiona por la actividad física, abandona las relaciones sociales y descuida otros aspectos de su vida.

Pueden ser síntomas de alerta de vigorexia comportamientos como estos:

– Pasar muchas horas en el gimnasio, forzando el cuerpo más allá de sus límites, para sentirse en la obligación de volver a hacerlo de nuevo al día siguiente.
– Seguir dietas muy estrictas que persiguen reducir la grasa y aumentar el músculo.
– Sentir rechazo por su propio cuerpo.

Resulta imprescindible detectar a tiempo este trastorno, ya que en sus estados más avanzados puede desencadenar conductas más graves como el consumo de esteroides,
depresión, pensamientos de suicidio y otros trastornos alimentarios.

Causas de la vigorexia

Desafortunadamente, los expertos no han conseguido definir qué es exactamente lo que causa la vigorexia. Sin embargo, al igual que ocurre con otros trastornos compulsivos, las investigaciones sugieren que hay una serie de factores que sí podrían contribuir a ello:

vigorexia que es 2

– Genética: aquellos que tienen un pariente que padece la afección pueden tener más probabilidades de desarrollarla.
– Construcción cerebral: se cree que las personas con vigorexia pueden tener niveles insuficientes de serotonina, un transmisor importante en el cerebro que afecta al estado de ánimo y el bienestar.
– Entorno: el entorno infantil, los problemas familiares, los episodios de intimidación, el trauma emocional y los factores culturales pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle la afección.

Además, algunas experiencias de vida y ciertos factores psicológicos subyacentes pueden aumentar las probabilidades de padecer este trastorno. Por supuesto, también los episodios difíciles en la infancia, como situaciones de acoso, intimidación o bullying por el aspecto físico, pueden tener mucho que ver con la aparición de esta afección en la edad adulta.

Según los expertos, las personas que se dedican al culturismo o el fitness de competición también tienen más probabilidades de sufrir vigorexia.

Vigorexia: síntomas a tener en cuenta

Una persona que sufre vigorexia podría experimentar algunos de los siguientes síntomas:

– Obsesión con la apariencia.
– Necesidad de mirarse constantemente en el espejo.
– Fijación con la dieta y la ingesta de suplementos dietéticos.
– Consumo de medicamentos y esteroides que contribuyen a fortalecer la complexión física.
– Insatisfacción constante con el propio aspecto físico, que conduce a estados de ánimo de enfado e incluso cuadros depresivos.

De forma aislada, muchos de los síntomas de la vigorexia pueden contemplarse como comportamientos normales. Sin embargo, el factor diferenciador que debería ponernos alerta es la necesidad constante de llevar al cuerpo más allá de sus límites para lograr objetivos que están fuera del alcance de lo saludable y normal.

¿Cómo puedo controlar mi vigorexia desde hoy?

Se estima que nada menos que 1 de cada 50 personas podría sufrir algún tipo de vigorexia o dismorfia corporal. Un cifra lo suficientemente alarmante como para no pasar por alto este trastorno.

vigorexia que es 3

Si temes estar sufriendo síntomas de vigorexia, no dudes en hablar con un amigo, familiar u otra persona de confianza sobre lo que sientes que te está ocurriendo. Este puede ser un primer paso crucial para recuperar el control de tu vida.

Otros pequeños cambios que puedes ir introduciendo en tu día a día son:

– Limitar tu rutina de ejercicio y musculación a un intervalo de entre 30 minutos y una hora al día.
– Dejar de consumir esteroides, batidos de proteínas y suplementos alimenticios relacionados con el fitness.
– Tratar de sustituir tus sesiones en el gimnasio por el deporte al aire libre.
– Eliminar cualquier app de tu teléfono que tenga que ver con el control de las calorías y seguimiento de las ingestas.
– Identificar otros comportamientos que pueden influir en el posible trastorno, como las purgas, los atracones de comida, fumar y consumir alcohol en exceso.
– Practicar meditación y ejercicios de respiración profunda.
– Escribir un diario en el que anotar cómo te sientes y qué síntomas percibes.

Argensola te ofrece ayuda profesional

Si bien hay pequeños gestos que aplicar en nuestro día a día, si sufres vigorexia tienes que saber que necesitas ayuda profesional para ir a la raíz del problema, especialmente si sientes que está afectando a tu vida personal y a tus relaciones y si has considerado la posibilidad de incurrir en hechos más graves, como las autolesiones.

En Argensola contamos con un excelente equipo de profesionales de la salud mental que pondrán a tu disposición todas las herramientas y el mejor tratamiento para ti, adaptado a tus necesidades y situación personal. Te informamos.